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Foto del escritorRicardo Iván Peña Ruiz

El aprendizaje y la teoría cognitivo social

Actualizado: 22 abr 2021

Uno de los polos sobre el cual gira la conducta humana es el “aprendizaje”, y que ha sido de suma importancia para nuestra disciplina, a lo cual el paradigma conductista en su extremo hace una valiosa aportación en la explicación de los procesos del aprendizaje a través del refuerzo, buscando la manera en que el aprendizaje se desarrolle por la vía de los reforzadores positivos. El conductismo, con su énfasis sobre los medios experimentales, se sitúa sobre variables que pueden observarse, medirse, manipularse y rechaza todo aquello que sea subjetivo, interno y no disponible. Estos estudios han dado la pauta para que científicos como Albert Bandura, desarrolle una teoría del aprendizaje tomando en cuenta lo subjetivo, lo cognoscitivo, tratando de explicar el funcionamiento psicológico a través de la concurrencia del aprendizaje vicario, la autorregulación y el comportamiento. La conducta aquí va a ser conocida por medio de las consecuencias y factores cognoscitivos.



Aunque Albert Bandura es identificado frecuentemente con el descubrimiento del fenómeno del aprendizaje por observación y como el investigador que llevó a cabo su sistematización teórica, él mismo ha señalado que dicho descubrimiento no es suyo en realidad. Investigaciones anteriores que datan desde 1931 por Holt, pasando por Miller y Dollard en 1941,hasta autores como Baer y Shermanen 1967, presentaron experimentos sobre la base de una forma distinta de aprendizaje, que fue integrada a sus esquemas teóricos, sin llegar, no obstante, a una correcta descripción de la naturaleza de dicha forma de aprendizaje (Bandura, 1974).


  1. Teoría del aprendizaje de Dollard y Miller

Sabemos que el lenguaje es un producto social, a este respecto, John Dollard y Neal Miller, hacen mucho hincapié en los factores sociales del aprendizaje. No es fácil predecir una conducta humana sin conocer su ambiente social (Wolman, 1960:202)


“La cultura, tal y como la conciben los científicos sociales, es una expresión del diseño del laberinto humano, del género de recompensas establecida y de las respuestas que son recompensadas. En este sentido, es una fórmula de aprendizaje” (Dollard y Miller, 1941)[1]


Estos dos científicos, desarrollaron una teoría de la socialización del niño basada en el aprendizaje y en la imitación, siguiendo su teoría del condicionamiento y el refuerzo establecen tres elementos distintos (Wolman, 1960:202)


· El niño es inicialmente motivado por una presión interior[2].

· El niño percibe unos problemas de conducta que sirven de exigencia para la imitación[3].

· El niño actúa y logra, y es recompensado por su logro.


La recompensa reduce la presión y resulta reforzado el patrón de conducta adquirido.

Al respecto del punto uno, para estos científicos, “el impulso”, es el disparador de la conducta y del aprendizaje. Sin impulsos el organismo no tiene la facultad de establecer una conducta o bien de aprender.


Los impulsos son de dos tipos:

· Innatos o primarios: son los que regularmente motivan la mayor parte de la conducta.

· Secundarios: se derivan de los anteriores, pero vinculados a ciertas necesidades sociales[4]


Sobre el punto tres, la “respuesta” es aquel impulso que empuja al niño a responder ante ciertas señales, sin embargo estos autores señalan que la “respuesta” ya existe en el organismo[5].


El trabajo de Miller y Dollard, es una teoría que busca tratar de explicar la manera en que se produce el aprendizaje:


“Por lo tanto el Aprendizaje es una conexión entre una señal y una respuesta”[6]


2. La Teoría del aprendizaje social


Ya quedó indicado anteriormente, que en las primeras formulaciones de Miller y Dollard, al respecto del Conductismo, destacan los procesos de refuerzo y por otro lado el de la imitación.


Un nuevo enfoque, es el propuesto por Albert Bandura[7], psicólogo norteamericano. En él, se cuestiona la importancia que los primeros teóricos del aprendizaje social asignaban al papel del refuerzo en el aprendizaje por imitación. Bandura, no negando la importancia del refuerzo, señala que en numerosas ocasiones el aprendizaje no se da como consecuencia del refuerzo, sino de forma vicaria, por observación de otras personas, anticipando las consecuencias de la propia conducta (Bandura, 1974:14-25). [8]


La teoría del aprendizaje social de Bandura, se ha considerado como una crítica al modelo E-R, prototípico del conductismo radical, en el que se propone una noción del comportamiento humano demasiado mecanicista, como para que esta pueda perdurar en la explicación de la conducta. Bandura, supone un cambio de perspectiva con respecto a dicho modelo en donde el aprendizaje y la conducta son considerados como el resultado de situaciones de refuerzo que provienen del medio. En este modelo unidireccional, es el medio el que influye sobre el individuo, reaccionando éste de forma pasiva ante las presiones del mismo. Por el contrario, la teoría propuesta por Bandura, tras enfatizar en un primer momento la importancia del aprendizaje observacional (Bandura y Walters, 1974), conciben la conducta como el resultado de la interacción de factores ambientales, personales y comportamentales (Bandura, 1982). En ella, no solo se tiene en cuenta los factores personales como mecanismos de explicación que se situarían entre el estímulo y la respuesta, sino que se señala el papel que juega la cognición en la conducta:

“Las teorías que niegan que los pensamientos regulan las acciones no se prestan fácilmente a explicar la conducta humana. Podrán repudiarse las actividades cognoscitivas en el marco del condicionamiento operante, pero hay algo muy simple: su influencia en las secuelas causales no puede eliminarse” (Bandura, 1982:24)


Para Bandura, el comportamiento social obedece a una causalidad múltiple, como ya hemos establecido, en la que además de los factores externos y personales, se incluyen los elementos cognoscitivos en forma de procesos simbólicos (Bandura, 1982:17). Bandura, se enfatiza en la importancia del aprendizaje vicario[9], y recurre a una noción de autoregulación del comportamiento, escapando así del determinismo del conductismo radical (Estramiana, 48:1995).


A este respecto, en la revisión bibliográfica de la conducta, en particular de la “agresión” sobre esta teoría, parece no haber sido tomada muy en cuenta, a este respecto Estramiana (1995) señalaba que quizá se deba a que la teoría se consideraba comúnmente, como teoría socioconductista, pasada ya de moda ante el auge del cognoscitivismo, y además en Europa no ha sido considerada como relevante, es por ello que su alcance solamente se sitúe en Norteamérica, en especial en Estados Unidos y Canadá[10]. Sin embargo, la concepción del comportamiento social que subyace a esta teoría es estrictamente psicosociológica, alejada de reduccionismos de uno u otro signo (Estramiana, 1995:48):

“Las perspectivas psicológicas de determinismo, como otros aspectos de la teorización, condicionan la naturaleza y el alcance de la práctica social. Los deterministas del ambiente tienden a utilizar sus métodos al servicio de modelos de conducta preescritos institucionalmente. Los deterministas personales prefieren cultivar las potencialidades de auto-dirección. Este último enfoque conductual y el humanismo tienen mucho en común...” (Bandura, 1982:241-242)


“Contrariamente a la visión unidireccional, los logros humanos son el resultado de la interacción recíproca de las circunstancias externas con numerosas determinaciones personales, entre los que se incluyen las potencialidades de que esta dotada la persona, las competencias adquiridas, el pensamiento reflexivo y un alto nivel de iniciativa personal” (Bandura, 1982:242)


Todos esos aspectos de la teoría del aprendizaje social son desarrollados y profundizados por Bandura, quien acerca sus ideas al campo de la cognición social y recogiendo aunque sin citarlo, las aportaciones del Interaccionismo simbólico[11]. Bandura, propone una nueva definición para su enfoque: teoría cognitivo-social. En ella se enfatiza el papel de la capacidad simbólica de la persona, la conducta propositiva y autoregulada, el aprendizaje por observación y las autopercepciones de eficacia (Worchel, et al. 2002:315).


Para Bandura, el aprendizaje sería definido así:

“una actividad del procesamiento de la información, en la que los datos sobre la estructura de la conducta y los acontecimientos del entorno se transforman en representaciones simbólicas que sirven como lineamientos para la acción” (Bandura, 1982)

Algunos autores como Munné, han calificado la teoría de Bandura de conductismo sociocognitivo, afirmando que se trata de una interpretación hedonística del esquema E-R (Estramiana, 1995:49)


Aspectos de las teorías del aprendizaje


Eventos internos: si el aprendizaje ocurre "en la cabeza" dará una explicación y posición sobre como sucede, cómo se trata la información, cuáles son las construcciones hipotéticas, cuáles son sus funciones:


La adquisición: cómo se explica el proceso de adquisición de conocimientos.

La retención: la información adquirida en parte queda en la memoria y en parte se olvida, cómo se explica y cómo se mejora la memoria.


La generalización o transferencia: ocurre cuando lo aprendido se aplica a una situación similar. Cada teoría debe explicarla y decir cómo aumentarla.


La motivación: cómo ocurre, qué mecanismo la explica y cómo es su efecto en el aprendizaje. También debe expresar si se puede controlar o aumentar.

Como ya vimos anteriormente, Bandura sostiene que los humanos adquieren destrezas y conductas de modo operante e instrumental, y que entre la observación y la imitación intervienen factores cognitivos que ayudan al sujeto a decidir si lo observado se imita o no. En los niños, afirma Bandura, la observación e imitación se da a través de modelos que pueden ser los padres, educadores, amigos y hasta los héroes de la televisión. (Bandura y Ribes, 1980:315)


La imitación puede darse por los siguientes factores (Bandura, 1974):

Por instinto: Las acciones observadas despiertan un impulso instintivo por copiarlas.

Por el desarrollo: Los niños imitan las acciones que se ajustan a sus estructuras cognoscitivas.

Por condicionamiento: Las conductas se imitan y refuerzan por moldeamiento.

Conducta instrumental: La imitación de vuelve un impulso secundario, por medio de refuerzo repetido de las respuestas que igualan las de los modelos. La imitación reduce los impulsos.

Los factores cognitivos se refieren concretamente a la capacidad de reflexión y simbolización, así como a la prevención de consecuencias basadas en procesos de comparación, generalización y auto - evaluación. En definitiva, el comportamiento depende del ambiente, así como de los factores personales (motivación, retención y producción motora).


Todas estas variantes permitieron a Bandura a establecer que existen ciertas funciones, procesos, características y factores envueltos en el proceso de modelado (Bandura, 1974-1981):


Funciones, procesos y características de la teoría del aprendizaje social:


Procedimientos para el control de la conducta (Bandura y Walters,1976)


Factores intervinientes en el aprendizaje vicario (Bandura,1976):


Estado de desarrollado: La capacidad de los aprendices de aprender de modelos depende de su desarrollo (Bandura, 1976). Los niños pequeños se motivan con las consecuencias inmediatas de su actividad. Recién cuando maduran, se inclinan más a reproducir los actos modelados que son congruentes con sus metas y valores.


Prestigio y competencia: Los observadores prestan más atención a modelos competentes de posición elevada. Ellos intentan aprender las acciones que creen que necesitarán para su desempeño.


Consecuencias vicarias: Las consecuencias de los modelos trasmiten información acerca de la conveniencia de la conducta y las probabilidades de los resultados. Por ejemplo, trayendo al aula de clases de materias como bases de datos en informática a profesionales conocidos por sus logros, a mostrar sus proyectos ya concretados, donde den a conocer la forma en que han trabajado y muestren resultados palpables.


Expectativas: Los observadores son propensos a realizar las acciones modeladas que creen que son apropiadas y que tendrán resultados reforzantes.


Establecimiento de metas: Los observadores suelen atender a los modelos que exhiben las conductas que los ayudarán a alcanzar sus metas.


Autoeficacia: Los observadores prestan atención a los modelos si creen ser capaces de aprender la conducta observada en ellos. Por ejemplo, en el caso de la enseñanza de periodismo, la observación y el análisis de casos concretos de redacción periodística pueden ser importantes para que los alumnos puedan determinar no sólo la diferencia entre los géneros de prensa escrita sino también la actitud que debe tener un periodista en su labor cotidiana. Se deberá infundir a los futuros profesionales de los medios de comunicación que el trabajo periodístico requiere además de conocimientos teóricos- actitudes como la responsabilidad, coherencia y objetividad. Bandura acepta que los humanos adquieren destrezas y conductas de modo operante e instrumental, rechazando así que nuestros aprendizajes se realicen, según el modelo conductista. Pone de relieve como entre la observación y la imitación intervienen factores cognitivos que ayudan al sujeto a decidir si lo observado se imita o no, también que mediante un modelo social significativo se adquiere una conducta que si empleando solamente el aprendizaje instrumental.


[1] Miller, Neal. Dollard, John. (1941). Social Learning and Imitation. New York: Yale University. Citado en (Wolman,1960:202) [2] Dollard y Miller, sitúan al “impulso” como aquel estímulo que empuja al individuo a comportarse de determinada manera. Sin impulsos el “organismo” no se comporta ni aprende. [3] Al respecto se sitúa como un impulso secundario, el cual también se producen por la imitación de modelos (notas de clase). [4] Como el estatus, el dinero, el prestigio, entre otros. [5] Una de las dificultades sobre esta teoría, radica en que no establecen de que manera se adquieren las respuestas (notas de clase). [6] Notas de clase [7] Albert Bandura nació el 4 de diciembre de 1925 en la pequeña localidad de Mundare en Alberta del Norte, Canadá. Completó su licenciatura en Psicología de la Universidad de Columbia Británica en 1949. Luego se trasladó a la Universidad de Iowa. Después de su graduación, asumió una candidatura para ocupar el post-doctorado en el Wichita Guidance Center en Wichita, Kansas. En 1953, empezó a enseñar en la Universidad de Stanford. Mientras estuvo allí, colaboró con su primer estudiante graduado, Richard Walters, resultando un primer libro titulado Agresión Adolescente en 1959. [8] Bandura, Albert (1974). Aprendizaje Social y Desarrollo de la Personalidad. Madrid: Alianza. [9] Basado en el recuerdo de las conductas de otras personas y que hace posible anticipar las consecuencias que se derivan del propio comportamiento. [10] Notas de clase. Observación sobre el alcance de la teoría. [11] Teoría desarrollada por George Mead, quien sostiene que las relaciones entre los individuos es una relación simbólica significante entre dos individuos, que internalizan las actitudes que tiene los otros sobre él.


BIBLIOGRAFÍA.

  1. Bandura, Albert (1974). Aprendizaje Social y Desarrollo de la Personalidad. Madrid: Alianza.

  2. Bandura, Albert (1982). Teoría del Aprendizaje Social. Madrid: Epasa-Calpe, S. A.

  3. Bandura, Albert., Ribes, Emilio. (1980). Modificación de la Conducta. México, D.F.: Trillas.

  4. Estramiana, José Luis. (1995). (El libro esta fotocopiado, no localicé el título). Madrid: Siglo XXI de España

  5. Mann, Leon. (1969). Elementos de Psicología Social. México, D.F.: Limusa.

  6. Meneses, Ernesto. (1981). Psicología General. México, D.F.: Porrúa.

  7. Rodríguez, Aroldo. (1976). Psicología Social. México, D.F.: Trillas.

  8. Wolman, Benjamin. (1960). Teorías y sistemas contemporáneos en psicología. Barcelona: Martínez Roca.

  9. Worchel, Sthephen., Cooper, Joel., Goethals, Goeroge., Olson, James. (2002). Psicología Social. México, D.F.: Thomson Learning.

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